lunes, 31 de agosto de 2009

Sobre cap. 5 de Ensayos Sobre Fotografía de Raúl Beceyro

En 1978 Raúl Beceyro publicó Ensayos Sobre Fotografía sin adivinar que esta obra lo acercaría a la discusión intelectual con el mismo Roland Barthes. En poco tiempo el libro se convirtió en EL referente de cómo elaborar una crítica fotográfica y si bien su fama no ha durado hasta hoy, tiene el mérito de ser la única obra latinoamericana tomada en cuenta en la bibliografía de La Cámara Lúcida.

Como todos los intentos por esquematizar la lectura y la interpretación fotográfica, ESF propone un enfoque personal con algunas justificaciones técnicas. Es un método válido que Beceyro expone de manera práctica entre los capítulos dos al seis, recurriendo a cinco fotografías en las que encontró un punctum sólido que justifica el esfuerzo realizado.

Una de estas imágenes, sobre la que aborda en el capítulo cinco, es la fotografía de Robert Capa que vemos a continuación:


Si bien en el libro contemplamos dos versiones de la fotografía, una publicada en 1974 y la otra en 1977, no hay, bajo ningún punto de vista, una diferencia excluyente entre una y la otra. Se trata de una imagen tomada el 18 de agosto de 1944, en Chartres, Francia, a finales de la Segunda Guerra Mundial y para no entrar en descripciones nerviosas y bizantinas sobre su constitución me remitiré simplemente a la información que incluye Richard Whelan en Robert Capa, The Definitive Collection:

"As soon as the Allies had driven the Germans out of Chartres (...) the city's residents did what their compatriots throughout France did in similar circumstances: They rounded up all of the locals who were suspected of having given aid or comfort to the enemy, and shaved the women's heads as punishment. Many of the men were shot by firing squads. (Phaidon: Londres, 2001 p. 392)

Cuando Beceyro escribe sobre esta imagen asume que la mujer rapada que carga al bebé es una colaboracionista que se encuentra sola, acompañada únicamente por su padre, el hombre que está delante de ella y que carga algunas de sus cosas. La crítica que hace Beceyro se basa en ese supuesto, la confrontación de la mujer frente al resto de los pobladores y de su estoica postura frente a la indigna humillación pública de la que es objeto. Este análisis se basa en la premisa que el mismo Beceyro considera fundamental, el dejar de lado el discurso anecdótico de la imagen histórica para llegar a su verdadero análisis fotográfico. Sin embargo este precepto lo arrastra a cometer un error en su interpretación. En esta fotografía, la mujer rapada que carga al bebé no se encuentra sola recibiendo el castigo.

Gracias a la publicación de Whelan podemos ver algunas de las fotografías que Capa tomó previamente:
Por ellas nos damos cuentra que la mujer con el bebé está acompañada de otra colaboracionista más, Whelan nos indica que es su madre. Si nos esforzamos un poco podemos verla también en la primera fotografía, justo destrás del padre, donde solo vemos su cabeza rapada y sus lentes:

¿Es necesario replantear entonces todo el análisis que se expone sobre esta imagen en ESF? No lo sé, en todo caso es Beceyro, padre de esta metodología, quien tendría que revisar su texto frente a este hecho. Quizá entenderíamos la imagen de un modo menos dramático, ya que la humillación pública es mucho más llevadera en conjunto.

Esto quizá nos lleve a entregar otro aspecto metodológico a la lectura de imágenes, uno que nos permita endurecer y formalizar ese aspecto tan entregado al libre albedrío, el de sentenciar alegremente sin poseer el conocimiento circunstancial que una fotografía pueda tener.

Tal vez es necesario tener al alcance todos los elementos anecdóticos de una imagen cuando nuestro análisis se refiera a la fotografía histórica /de registro /documental /periodística. Lo que nos lleva también a salvar otras vallas, ¿a qué genero pertenece una foto?, ¿debemos hablar de géneros?, ¿cómo se delimita la pertenencia o no de una imagen a un género determinado?, ¿no parece mejor analizar cada imagen en el marco de su referencia?, ¿no es mejor establecer para cada imagen un enfoque particular que un cuadro estricto de pasos analíticos rigurosos?

Tareas pendientes...

martes, 18 de agosto de 2009

Sistematización del taller de fotografía social de El Agustino, 1986 - 1989

Taller de Fotografía Social de El Agustino, 1986 - 1989: un caso de sistematización es el título de mi tesis para obtener el título de licenciado en periodismo por la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de la Pontificia Universidad Católica del Perú. El texto completo se puede descargar a través de los siguientes enlaces:


El taller de fotografía social de El Agustino formó parte del proyecto TAFOS, realizado en diversas localidades del Perú entre 1986 y 1998. Actualmente su archivo fotográfico se encuentra bajo el resguardo de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de la PUCP: www.pucp.edu.pe/tafos

lunes, 17 de agosto de 2009

Fotografía, recuerdo y replicantes

"I´ve seen things you people wouldn´t believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I watched C-beams glitter in the dark near the Taunhäuser Gate. All those moments will be lost in time, like tears in the rain." (Roy Batty - Blade Runner)

Debido a su corta edad dentro de las manifestaciones estéticas de la representación, la fotografía es interpretada y abordada de diversas maneras. El espectro teórico de su naturaleza, si bien abundante, no ha sido compuesto con rigurosidad pero tampoco con ligereza. Esta relatividad sobre la seriedad, práctica, utilitarismo, fin, objetivo y uso de la fotografía ha dado paso a su promiscuidad, que si bien democrática, le confiere simultánemente el carácter de arte, herramienta científica, pasatiempo y artefacto eléctrico del hogar (equivalente al gadget digital que es desde hace unos años).

Esa realidad nebulosa me da permiso, en esta ocasión, para divagar sobre la fotografía en el sentido menos profesional y en el menos artístico posible. Quiero pensar en la fotografía que puede hacer cualquiera, aquella con la que casi todos han coqueteado cuando quisieron grabar/perpetuar/mostrar un momento/lugar/persona de su vida. Esa fotografía inherente, intuitiva, natural y obsesiva de la que sufren casi todos, aquellla fotografía que los ciegos reemplazarían con una herramienta para guardar los aromas. La fotografía que los replicantes de Blade Runner atesoran tanto. Ellos, esclavos de la humanidad, ante la conciencia de su irremediable caducidad, y ante la cercanía de su
retiro, tratan de guardar las imágenes más allá de su memoria (Leon coleccionaba fotografías y Roy quería seguir viviendo para no perder sus recuerdos).

La penúltima escena de la película, el diálogo final de Roy Batty, es el resumen de lo que pasa con todos esos archivos anónimos, con todas las fotos familiares, las no profesionales, aquellas que ven el tiempo durante el tiempo que dura la vida de sus autores. Hay cierto romanticismo sufrido en eso, la existencia perdida de las memorias mundanas, de las que no entran en la colección de la cultura visual colectiva. Qué más que otro de los acertijos inacabables del budismo, ese árbol que se cae en medio del desierto y del cual cuestionamos su propia existencia.

Y sin embargo son estas fotos las que despiertan el recuerdo y las emociones. El propio Barthes llora por y atesora una foto de su madre cuando era niña, por encima de muchas otras que entiende como superiores técnicamente. Su pensamiento racional, su prosa estilizada y lógicamente comprobable se derrumba en
La Cámara Lúcida ante la emoción de reconocer a su madre, fielmente y en todos sus aspectos, en una fotografía que nos sabría arbitraria, pero que para él es significativa, única, irremplazable y fiel.

Fotografía y memoria permiten corregir los errores ajenos, perdonar las faltas y los excesos privados. Hasta se pueden olvidar las verguenzas y el odio, minimizar el amor y exagerar las virtudes. Fotografía y memoria de manera complementaria, no son nada la una sin la otra.