En 1978 Raúl Beceyro publicó Ensayos Sobre Fotografía sin adivinar que esta obra lo acercaría a la discusión intelectual con el mismo Roland Barthes. En poco tiempo el libro se convirtió en EL referente de cómo elaborar una crítica fotográfica y si bien su fama no ha durado hasta hoy, tiene el mérito de ser la única obra latinoamericana tomada en cuenta en la bibliografía de La Cámara Lúcida.
Como todos los intentos por esquematizar la lectura y la interpretación fotográfica, ESF propone un enfoque personal con algunas justificaciones técnicas. Es un método válido que Beceyro expone de manera práctica entre los capítulos dos al seis, recurriendo a cinco fotografías en las que encontró un punctum sólido que justifica el esfuerzo realizado.
Una de estas imágenes, sobre la que aborda en el capítulo cinco, es la fotografía de Robert Capa que vemos a continuación:
Si bien en el libro contemplamos dos versiones de la fotografía, una publicada en 1974 y la otra en 1977, no hay, bajo ningún punto de vista, una diferencia excluyente entre una y la otra. Se trata de una imagen tomada el 18 de agosto de 1944, en Chartres, Francia, a finales de la Segunda Guerra Mundial y para no entrar en descripciones nerviosas y bizantinas sobre su constitución me remitiré simplemente a la información que incluye Richard Whelan en Robert Capa, The Definitive Collection:
"As soon as the Allies had driven the Germans out of Chartres (...) the city's residents did what their compatriots throughout France did in similar circumstances: They rounded up all of the locals who were suspected of having given aid or comfort to the enemy, and shaved the women's heads as punishment. Many of the men were shot by firing squads. (Phaidon: Londres, 2001 p. 392)
Cuando Beceyro escribe sobre esta imagen asume que la mujer rapada que carga al bebé es una colaboracionista que se encuentra sola, acompañada únicamente por su padre, el hombre que está delante de ella y que carga algunas de sus cosas. La crítica que hace Beceyro se basa en ese supuesto, la confrontación de la mujer frente al resto de los pobladores y de su estoica postura frente a la indigna humillación pública de la que es objeto. Este análisis se basa en la premisa que el mismo Beceyro considera fundamental, el dejar de lado el discurso anecdótico de la imagen histórica para llegar a su verdadero análisis fotográfico. Sin embargo este precepto lo arrastra a cometer un error en su interpretación. En esta fotografía, la mujer rapada que carga al bebé no se encuentra sola recibiendo el castigo.
Gracias a la publicación de Whelan podemos ver algunas de las fotografías que Capa tomó previamente:
Por ellas nos damos cuentra que la mujer con el bebé está acompañada de otra colaboracionista más, Whelan nos indica que es su madre. Si nos esforzamos un poco podemos verla también en la primera fotografía, justo destrás del padre, donde solo vemos su cabeza rapada y sus lentes:
¿Es necesario replantear entonces todo el análisis que se expone sobre esta imagen en ESF? No lo sé, en todo caso es Beceyro, padre de esta metodología, quien tendría que revisar su texto frente a este hecho. Quizá entenderíamos la imagen de un modo menos dramático, ya que la humillación pública es mucho más llevadera en conjunto.
Esto quizá nos lleve a entregar otro aspecto metodológico a la lectura de imágenes, uno que nos permita endurecer y formalizar ese aspecto tan entregado al libre albedrío, el de sentenciar alegremente sin poseer el conocimiento circunstancial que una fotografía pueda tener.
Tal vez es necesario tener al alcance todos los elementos anecdóticos de una imagen cuando nuestro análisis se refiera a la fotografía histórica /de registro /documental /periodística. Lo que nos lleva también a salvar otras vallas, ¿a qué genero pertenece una foto?, ¿debemos hablar de géneros?, ¿cómo se delimita la pertenencia o no de una imagen a un género determinado?, ¿no parece mejor analizar cada imagen en el marco de su referencia?, ¿no es mejor establecer para cada imagen un enfoque particular que un cuadro estricto de pasos analíticos rigurosos?
Tareas pendientes...
4 comentarios:
Sucede de manera similar con la música así como con muchas otras manifestaciones artísticas, culturales o simplemente personales... Suele ser "necesario" etiquetar bajo alguna categoría a modo referencial, aunque también ocurre que la categoría pasa a ser más relevante que el producto en sí.
¿Qué opinas?
- JuAn
"Etiquetar" con una categoría una obra particular suena muy agresivo frente a una voluntad discursiva que, al igual que el que produjo la imagen, tiene el derecho a elaborarlo. Quien lo hace muy bien puede ser un poeta o un pensador visual que requiere de otras imágenes. Por otro lado, aquí quien ha elaborado aquella imagen particular y probablemente única se comporta como el gato que al estar en un espacio, se apropia de este, asumiendo que todo aquel que ingresa al mismo, solo quiere visitarlo a él. En ese sentido, el uso de géneros y subgéneros para hablar de arte o de representaciones visuales me parece totalmente válido. Todos tenemos derecho a ingresar a espacios de representación ajenos si nos place, con el vuelo de nuestra imaginación y el placer del discurso. Pero ojo, esto no quiere decir que toda imagen deba caer necesariamente bajo algún género o subgénero, así como no todo visitante de cada uno de estos ámbitos de representación necesariamente tiene que estar interesado por ese gato que se ha colocado justo en la mesa que ocupa el centro de ese lugar. Probablemente el gato anda buscando una ventana por donde salir, si antes no tropezamos con él. La teoría de los géneros tiene un alcance determinado y no creo que atente contra la singularidad de ninguna imagen.
Augusto del Valle C.
Me ha sorprendido la publicación de esta nota comentando el Capítulo 5 de mi libro Ensayos sobre Fotografía. Agradezco mucho la atención que se le presta.
Desearía informar dos cosas: hay una edición reciente, de 2002, de mi libro, ahora por Paidós Argentina, que me ha permitido seguir contando con lectores renovados. En segundo lugar, en el Número 85 de la revista Punto de vista, de agosto de 2006. retrabajo la foto de Capa, e incluyo algunas de las fotografías que se mencionan.
De manera genérica, cuando se ve una foto, se conocen algunas cosas sobre el contexto de la foto, y se ignoran otras cosas. Siempre lo que me ha interesado, es lo que la propia fotografía dice. En el caso de la foto de Capa he tratado de hacer una lectura lo más completa posible, en el libro publicado en el 78. 28 años después he retomado la cuestión y he seguido trabajándola.
Reitero mi agradecimiento por la atención que se presta a mi trabajo.
Raúl fuiste profesor mío en 2011 en el taller de cine de la UNL, sos una persona muy capaz, estoy orgulloso de que seas santafesino. Mirá donde llegó tu análisis de la foto de Capa!!!
Publicar un comentario